Una receta con raíces en el Siglo de Oro
Ha llegado el frío. El de verdad. El que llega con ventiscas, con nieves en cotas no demasiado elevadas y el que hace que el brasero sea una auténtica bendición. Un temporal generalizado que nos ha hecho darnos cuenta que, de repente, estamos ya metidos de lleno en el invierno y caminando con paso firme ya hacia la primavera, con unos días que comienzan ya a tener progresivamente más minutos de luz cada día. Porque todo pasa muy rápido… Así…