La historia de la humanidad está salpicada de grandes ingenios gastronómicos que han servido para resolver problemas que se han ido presentando a lo largo de los siglos. La industrialización de la guerra, la generalización de los ejércitos y los múltiples enfrentamientos bélicos que vivió el continente europeo durante la Edad Moderna provocaron un problema que debía encontrar solución. Con las tropas desplazadas a cientos de kilómetros de los centros de aprovisionamiento, era primordial asegurar la disponibilidad de proteína para los soldados. En este contexto, el condado irlandés de Cork se convirtió desde principios del siglo XVII en un gran proveedor de carne de vacuno en lata. De hecho, el ejército británico se abasteció de este alimento durante las denominadas ‘guerras napoleónicas’, ya entrado el siglo XIX.

La salmuera es la forma natural que se encontró para poder conservar la leche con las máximas garantías y sus características naturales. De hecho, este producto que se conoce como ‘corned beef’ puede traducirse como ‘ternera salmuerizada’. Por lo tanto, es carne de ternera que ha sido tratada en un primer momento con salmuera y posteriormente hervida en vinagre a fuego lento. Los trozos empleados suelen pertenecer al corte de falda y es uno de los productos fundamentales de la cocina británica. Aunque durante un tiempo estuvo asociado a las clases menos pudientes, lo cierto es que la carne enlatada tiene un fuerte arraigo en las islas.

Curiosamente, aunque tiene ese origen irlandés, lo cierto es que los grandes promotores de la carne enlatada durante los últimos dos siglos han sido los uruguayos. La legendaria compañía Liebig Extract of Meat Company exportó millones de latas de conserva al Reino Unido y otros puntos de Europa durante prácticamente cien años.

(Fuente de las fotos: Wikipedia y Flickr)