Recientemente se celebró el Día Internacional del Queso y la Organización Interprofesional Láctea (Inlac) tuvo la acertada iniciativa de publicar una infografía que explica todo sobre los quesos, para facilitar su conocimiento y su consumo en el mercado interno.

Quesos según grado de maduración

– Queso fresco. Está dispuesto para su consumo al final de la elaboración, tiene un alto contenido en agua (entre el 70 y el 80%) y hay que conservarlo refrigerado.

– Quesos madurados. Son los que, mantenidos en condiciones especiales de humedad y temperatura, experimentan transformaciones que les hacen adquirir caracteres organolépticos específicos. Pueden ser tiernos, semicurados, curados, viejos y añejos, según el grado de maduración alcanzado.

– Quesos con moho. La maduración se produce fundamentalmente mediante el desarrollo de mohos característicos en su interior.

– Queso fundido. Se obtiene por la fusión de la mezcla de una o más variedades de queso y otros productos lácteos.

Valor nutricional

El queso es un alimento con un gran valor nutricional que contiene de forma concentrada la mayoría de los nutrientes de la leche.

Aporta:

– Proteínas de alta calidad con un elevado contenido de aminoácidos esenciales

– Minerales como el calcio, el fósforo y el magnesio

– Vitaminas A, B12, riboflavina y niacina.

Es un alimento recomendable para incluir en una dieta variada y equilibrada, e importante en las etapas de crecimiento debido a la formación de los huesos, y en la edad adulta para favorecer a la conservación de la masa ósea.

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Conservación del queso en casa

El queso es un producto natural y vivo necesita ciertos cuidados para una mejor conservación. En general todos deben estar protegidos y conservados en el frigorífico a una temperatura inferior a 10ºC para evitar que se resequen y pierda sabor.

– Largo tiempo. Si lo queremos conservar durante cierto tiempo, debemos envolverlo en un paño ligeramente húmedo.

– Formatos grandes. Para los formatos grandes de pasta dura y corteza seca, se puede frotar con aceite de oliva o manteca.

– Porciones y cuñas. Para porciones y cuñas, hay que proteger el queso bien en su envase original o en papel parafinado (papel encerado, papel manteca…)

– Para evitar el moho. Para evitar que el moho penetre en el queso, pasar un cuchillo por la superficie, como si untásemos mantequilla. Así taponamos la entrada de oxígeno al interior.(Fuente de las fotos: Vacuno de Élite)